martes, 21 de julio de 2015

Imaginarte e imaginarme


Todo viaje comienza con una ilusión,
con un motivo,
con un objetivo,
y ese eres tú.

La vida da muchas vueltas,
y yo me atreví a darlas al mundo contigo.

La guerra entre lo que piensas,
y lo que sientes.
Entre lo que debes,
y lo que quieres.
Entre tú como opción,
o tu como destino  final.

Cuando las ganas de verte,
eran mucho mayores que las de despedirme.
Cuando el reloj hacia de las suyas,
y se empeñaba en reducirme el tiempo de olerte.

Sin miedos,
sin tapujos,
sin dudas,
pero solo si era contigo.

Quizá te asombrarías si te digo que,
que adoro ese lunar que tienes en la mano,
ese lunar del que nunca te hablé, ni te hablo,
pero en el cual si me fijé.

Tenlo claro, 
aquel día grabe en mi mente con cincel y martillo
la silueta de tu cuerpo en la noche.

Memoricé cada hueco desnudo,
esa cicatriz marcada,
esa piel erizada cada vez la que recorría,
rozándola con las yemas de mis dedos.

Si mis manos te echan de menos,
imaginate mis ojos, las ganas de verte que tienen,
o mis labios, las ganas de deslizarse por los tuyos,
o mis oídos, queriendo oír tu voz en cada calle,
o mi nariz, deseando que me pegues tu olor para sentirte cerca.

Tenerte junto a mi,
en un mañana,
en un hoy,
pero no dejarlo en un ayer.

Perdón por los errores,
los malos humores injustificados y pagados contigo,
por quererte a deshoras,
perdón por quererte sin medida alguna.

No quiero ni que me imagines,
ni imaginarte más,
hagamos que suceda.

Entre palabras cortadas...