miércoles, 24 de febrero de 2016

Descorché la botella


Contigo aprendí que 
las casualidades existen,
¿sabes cómo se llama cada una 
de las grietas de la luna?
Rimas.

Contigo aprendí que
las casualidades nos hacen cura
¿sabes cuál es uno de
mis mayores cicatrizantes
no recetados?
Tú.

Contigo aprendí que 
las casualidades aparecen
en la época del año que menos adoras
¿sabes qué estación odio?
¿sabes en qué estación apareciste?
Verano. 

Porque te has convertido
en mi Beatriche de Dante
en esta Divina Comedia que es la vida.

Cada una de tus sonrisas me inspira,
llegan al punto de tener
la habilidad de concentrarme en ellas,
las miro y por ellas
sería capaz calcular su curva perfecta.

Juego a imaginar que cojo tu cara
entre mis manos,
estar tan cerca,
que mi respiración se convierta
en tu bomba de oxígeno,
clavo mi mirada en tu iris marrón,
tu universo marrón,
similar a las escasas oscuras tierras de las dunas,
escasa como la probabilidad de que me
salga cara jugándome toda mi fortuna,
para arriesgarme a probarte.

Porque tus labios son deseo irrefrenable,
son impulso comestible,
son suerte de unos pocos,
son sonrisa sonora,
son mi pecado en silencio.

La perfección hecho fina línea curva. 

Y memorizar cada uno de tus rasgos y líneas,
tocar con la yema de mis dedos
la forma ovalada de tus labios,
con cada surco milimétrico,
y dejar que tu cuerpo sea la parte positiva,
siendo mi cuerpo la negativa,
necesitando fusionarse como imanes
con polos opuestos y así morir habiéndote besado,
morir con tu veneno de frasco pequeño y
revivir con la posibilidad de rozarte y erizar mi piel.

Porque locura es recorrer con mis manos
completamente abiertas la finas curvas de tu cuerpo,
convirtiendo mi mundo en sentido y deseo.

Enredarme en tu pelo negro mientras
encuentro en él, 
el mejor cobijo en estas noches de invierno.

Dejar de imaginar para empezar 
a actuar sin límite,
y no parar jamás ,
dejando de actuar en mi mejor papel
porque odio esta obra teatral.

Me bajo aquí ¿vale?,
ésta es mi estación,
la del tiempo frenado por ti.

Entre palabras cortadas...

domingo, 21 de febrero de 2016

21. Háblame de ésta noche


Y era cuando creíamos que el 21
era el ecuador del mes,
cuando nacía la carcajada fácil
cada vez que se empeñaba en perseguirnos,
y así nos unía en mentira,
cuando cada una de las batallas
eran ganadas,
con esperanza de nunca perder la guerra,
porque se te llenaba la boca diciendo que
siempre llegarías a tiempo,
¿y ahora?
¿se te rompió el reloj verdad?.

Estábamos contabilizadas por 
un reloj de arena,
predestinadas al fin,
al fracaso,
al más absoluto caos,
al más sonoro hasta nunca.

Dicen aquellos que tienen 
pentagramas afinados por voz,
que los mayores tesoros que 
tienen no los han comprado,
fuiste la amistad que más barata
que creí conseguir,
y ahora tu recuerdo es lo que 
más caro me está saliendo,
impagable.

Cada una de tus 5 largas puñaladas
me dejaron marca, cicatriz,
pero días como hoy,
se empeñan en supurar
y yo me empeño en ayudarlas,
mirando cada una de las fotos
donde detrás de ellas hay falsas historias.

Lo curioso de todo esto es que
la Tierra es redonda,
que los caminos separados 
llegan a juntarse,
que nos anochece la misma Luna y
nos despierta el mismo Sol,
que las casualidades chispean a la vez
en tu camino y en el mio,
¿sabes para qué?
para hacer florecer la indiferencia ausente.

Párate y mira,
cuéntame que ves,
fíjate en la Luna que yo lo estaré
haciendo en el mismo instante que tú,
¿la tienes a la vista?¿la ves ya?,
está sola, 
hace una sólo milésima las nubes
le hacían creer que jugaban con ella
y pasaban corriendo por encima de ella,
como si de una apisonadora se trataran.

Luna no se lo tomaba como un juego,
mientras las nubes creían que todo dolor
era justificado.
¿Perdedoras o Ganadora?
Ninguna.

Quizá demasiada metáfora para una mente sencilla ¿verdad?

Simplificarte es complicado,
o quizá sea el esfuerzo en vano. 

Te diré que: 

Que por mucho que me canten esa 
canción no dejará de recordarme a ti,
que Nemo y Dory nunca más serán
los mismos,
Dory perdió definitivamente la memoria 
y Nemo jamás se puso como reto acompañarla,
prefirió aprovecharse y arreglarlo
con un a destiempo perdón.

¿Ahora?
Ambos viven en el mismo océano,
los dos perdieron al igual que Luna y sus acomplejadas nubes,
todos arrepentidos,
todos soldados heridos de las batallas,
todos perdieron el propósito de ganar la guerra
aún perdiendo las batallas. 

Luna y Dory tienen algo en común,
no han dejado de tocarse las heridas,
días como hoy quieren sentirse heridas,
porque en lo más profundo de ellas
saben que puñaladas como esas aun siguen doliendo,
porque no son la velocidad de la luz
y aún sienten pena, 
y quieren a las apisonadoras que las dejó
completamente planas.

Nemo y las nubes ahora son los mejores amigos
de la cobardía y la falsa felicidad,
de los sentimientos de ellos nada se supo.

El único justo en este cuento es el Karma,
sabe que cada vez que oigan esa canción o
les persiga tal número,
nadie será capaz de darle otro sentido
del que ya tiene,
porque las vivencias son imborrables
y persecutorias.

Abrir el corazón siempre sale caro,
y en este preciso instante caeré en quiebra,
pero se valiente soldado
y calzate tu mejor armadura,
porque espero que esta noche hayas visitado la Luna,
y que tu mente te haya hecho jaque y te acuerdes de mi.

Porque no te hagas la ausente, 
se que eres una de mis firmes lectoras,
se que estás ahí,
y te dejo abierto el plazo de respuesta.

Se Nemo en plena cordura y justicia
y cuéntame tu reflejo en este espejo.


Entre palabras cortadas...

lunes, 8 de febrero de 2016

Migajas de hipocresía


Con la soledad que regalan
unos cascos y el volumen a todo gas,
con el escozor que proporcionan 
cada uno de nuestros recuerdos podridos,
con la libertad que me otorga
eliminar nuestras fotos,
con tu dolor escenificado tan bien
que ya quisieran esos que creen actores
por ganar premios.

Tu mejor premio  
tu honorífica hipocresía.

Porque el primer motor está lejos
de lo que decía Santo Tomás,
el primer motor era querer(se).

Porque nadie mata a quien quiere,
como bien dice una de esas 
canciones de reggaeton,
esas que te dedicas a escuchar
y que dejan ver tu vacío interior.

Aunque después todo sólo puedo darte las gracias,
después de todo he vuelto a ser la persona que era,
la que conociste y con mentiras alagabas,
la que ahora sabe valerse,
porque ahora después de 5 largas puñaladas,
has puesto en mi mano la aguja y el hilo
para saber cerrar(te).

Desvivirme por ti fue mi mayor error,
mi peor cegara,
y yo creyendo que eras
el milagro del enfermo,
lo que un libro a las palabras,
como bien canta Manuel,
mi fiel cicatrizante.

Pero sólo eras un mero globo
inflado de feria,
uno de tantos caprichos de la gente
que te hace creer que te quiere,
eras un globo más de tantos,
ilusa de mi feliz de aquella 
burbúja de imperfecciones,
a la vista de todos, menos a la mía.  

De exclusiva piedra preciosa
a piedra entorpecedora.


Entre palabras cortadas...

lunes, 1 de febrero de 2016

Mentiras lunares


Cicatrizar las heridas internas con los Martinis
de garrafón de aquel bar el cual recoge
en sus 4 paredes mudas miles de confesiones
y la fórmula secreta  de la perfección,
guardada con tanta cautela que parecía ser
la mismísima fórmula de la Coca-Cola y en
realidad sólo se trataba de ti,
la copia barata de la perfección,
la imitación de lo que eras y la mierda
en la que te has convertido,
la Pepsi de sus vida cuando en la mía 
eras la puta Coca-Cola de marca.

Ya no eres nada más que un refresco desbrevado,
sin gas, sin sabor y podrido como tus valores,
caducado como todos tus principios.

Ojalá la vida te regale un viaje al pasado y así
recuerdes la maravilla que eras,
y por fin anclarse en el pasado sea una buena noticia.

Por suerte para mi y por desgracia para ti,
pasaste de ser la suplente de la actriz principal,
a ser la protagonista de la película 'viaje al futuro'  
y así es, mírate, ahora eres el futuro,
eres el extraterrestre solitario que habita en Marte.

Todo esto amontonado en cada uno de los folios
que son desperdiciados,
hechos bola y tirados al suelo,
o eso nos quieres hacer ver las películas cutres,
con con escenas típicas y mal guionizadas. 

Escribías en cada uno de esos papeles
una especie de lista de la compra, 
enumerabas cada una de tus virtudes,
asegurándote así que plasmadas en papel 
nunca me olvidara de ellas,
pero te salió mal la jugada,
has caído en la casilla equivocada,
desconozco el paradero de tus virtudes y 
paso de perder el tiempo en buscarlas como
si del agente 007 me tratara.

Antes alzaba la voz y gritaba eso de:
'te quise, te quiero y te querré.'
Ahora sólo le digo al viento y le susurro al mundo:
'te quise, te desconozco y que te vaya bien.'

Fdo: tu pasado inventado.






Entre palabras cortadas...