domingo, 24 de abril de 2016

El escenario del verso


Llegaste de la nada
y aterrizaste en mi,
creyendo que yo era la Luna,
y tú el mismísimo Apolo XI.

Y ahora sólo se que resides
en mis oscuras noches,
que tienes permanencia en mis sueños,
que hace 47 años de la 
llegada del hombre a la Luna,
y que de tu llegada no tengo
pista alguna.

Porque poesía siempre 
será el mejor escenario y droga,
y los versos mis más humildes
escalones y camellos,
para poder sobrellevarte, musa.

Tu figura siempre el llamativo
envoltorio del bombón más deseado,
tu figura cubierta de ese barniz cosmopolita.

Tus curvas,
las más llamativas del lugar,
las culpables de que mi
reloj de arena haya desistido, 
porque sabe que ya el tiempo
dejó de ser cuestión,
la curva más peligrosa jamás existente,
la que hace mi balbuceo de tu nombre
en noches de muelles desiertos,
tu puta sonrisa como heroína,
la peor de mis,
y sus drogas.

Advierto de su peligro,
quedaréis prendados,
no digáis que no os advertí,
yo ahora soy hotel de paso para marinero,
me alienta el buceo del recuerdo,
del recuerdo de la última vez que esbozo su heroína.

La Luna fue marcada por el hombre
después de 8 años de duro trabajo,
que aprendan de la musa del poeta,
que con apenas sonreír, 
ya pisó y selló mi Luna.






Entre palabras cortadas...

martes, 19 de abril de 2016

La manta sin aparecer.


Ilógico no escribiros,
no podía esperar más,
tenía que dedicaros algunas 
de estas colecciones de palabras.

No penséis que no os escribo
por olvido,
o que ya desaparecisteis  en mi
como las cenizas de un último cigarro.

Porque sois pensamiento 
todos mis días,
la gota de agua de mi cristal
en el coche cuando viajo a recordaros,
mis trampas a los juegos de mesa,
el cincuenta por ciento de la
alianza en mi mano izquierda.

No es casualidad llevaros 
en mi mano izquierda,
en el dedo de comprometida,
porque gracias a vosotros
me comprometí a la vida,
existo,
os debo,
os adoro,
y os recuerdo.

Que el diablo le ponga precio
a mi alma, 
porque la vendería
por tan sólo miraros,
por sentiros,
o por rozaros una vez más.

Ahora todo huele a humedad,
las vacaciones no son iguales,
los ataques de risa no se reproducen en ti,
la casa ha cambiado,
ya no nos recuerda,
y yo no desisto en las ganas
de volveros a tener.

Sois mi recuerdo más eterno
y jamás desapareceréis en mi,
porque abuelo, 
eras y eres el rey de mi casa,
porque abuela,
eras y eres la risa más bonita 
que viva en mi jamás.

Gracias a vosotros la vida,
mi vida, 
gracias a vuestro existir.

Jamás desapareceréis,
mientras perdure vuestro
recuerdo en mi.


Entre palabras cortadas...