domingo, 21 de febrero de 2016

21. Háblame de ésta noche


Y era cuando creíamos que el 21
era el ecuador del mes,
cuando nacía la carcajada fácil
cada vez que se empeñaba en perseguirnos,
y así nos unía en mentira,
cuando cada una de las batallas
eran ganadas,
con esperanza de nunca perder la guerra,
porque se te llenaba la boca diciendo que
siempre llegarías a tiempo,
¿y ahora?
¿se te rompió el reloj verdad?.

Estábamos contabilizadas por 
un reloj de arena,
predestinadas al fin,
al fracaso,
al más absoluto caos,
al más sonoro hasta nunca.

Dicen aquellos que tienen 
pentagramas afinados por voz,
que los mayores tesoros que 
tienen no los han comprado,
fuiste la amistad que más barata
que creí conseguir,
y ahora tu recuerdo es lo que 
más caro me está saliendo,
impagable.

Cada una de tus 5 largas puñaladas
me dejaron marca, cicatriz,
pero días como hoy,
se empeñan en supurar
y yo me empeño en ayudarlas,
mirando cada una de las fotos
donde detrás de ellas hay falsas historias.

Lo curioso de todo esto es que
la Tierra es redonda,
que los caminos separados 
llegan a juntarse,
que nos anochece la misma Luna y
nos despierta el mismo Sol,
que las casualidades chispean a la vez
en tu camino y en el mio,
¿sabes para qué?
para hacer florecer la indiferencia ausente.

Párate y mira,
cuéntame que ves,
fíjate en la Luna que yo lo estaré
haciendo en el mismo instante que tú,
¿la tienes a la vista?¿la ves ya?,
está sola, 
hace una sólo milésima las nubes
le hacían creer que jugaban con ella
y pasaban corriendo por encima de ella,
como si de una apisonadora se trataran.

Luna no se lo tomaba como un juego,
mientras las nubes creían que todo dolor
era justificado.
¿Perdedoras o Ganadora?
Ninguna.

Quizá demasiada metáfora para una mente sencilla ¿verdad?

Simplificarte es complicado,
o quizá sea el esfuerzo en vano. 

Te diré que: 

Que por mucho que me canten esa 
canción no dejará de recordarme a ti,
que Nemo y Dory nunca más serán
los mismos,
Dory perdió definitivamente la memoria 
y Nemo jamás se puso como reto acompañarla,
prefirió aprovecharse y arreglarlo
con un a destiempo perdón.

¿Ahora?
Ambos viven en el mismo océano,
los dos perdieron al igual que Luna y sus acomplejadas nubes,
todos arrepentidos,
todos soldados heridos de las batallas,
todos perdieron el propósito de ganar la guerra
aún perdiendo las batallas. 

Luna y Dory tienen algo en común,
no han dejado de tocarse las heridas,
días como hoy quieren sentirse heridas,
porque en lo más profundo de ellas
saben que puñaladas como esas aun siguen doliendo,
porque no son la velocidad de la luz
y aún sienten pena, 
y quieren a las apisonadoras que las dejó
completamente planas.

Nemo y las nubes ahora son los mejores amigos
de la cobardía y la falsa felicidad,
de los sentimientos de ellos nada se supo.

El único justo en este cuento es el Karma,
sabe que cada vez que oigan esa canción o
les persiga tal número,
nadie será capaz de darle otro sentido
del que ya tiene,
porque las vivencias son imborrables
y persecutorias.

Abrir el corazón siempre sale caro,
y en este preciso instante caeré en quiebra,
pero se valiente soldado
y calzate tu mejor armadura,
porque espero que esta noche hayas visitado la Luna,
y que tu mente te haya hecho jaque y te acuerdes de mi.

Porque no te hagas la ausente, 
se que eres una de mis firmes lectoras,
se que estás ahí,
y te dejo abierto el plazo de respuesta.

Se Nemo en plena cordura y justicia
y cuéntame tu reflejo en este espejo.


Entre palabras cortadas...

2 comentarios:

  1. Hay mucho dolor y belleza en estos versos

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    1. Que el dolor nos sirva como inspiración.
      Muchas gracias por leerme.
      Un beso :)

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